domingo

Querida Praga:

Querida Praga:

Siéndote franco, no has deformado la imagen preestablecida que tenía de tí. Eres imperial, y conforme a ello actúas; estás plagada de grandiosos edificios que contemplar absorto. El Moldava que te atraviesa, es inmenso, o al menos así es como se me presentó a mí. Además, como me gusta, tienes un papel ciertamente importante en la historia reciente de la Humanidad (a quién por cierto debes recordarme que escriba pronto), te vestiste de terciopelo allá por los ochenta y tantos, plantandote ante el nuevo que quería acogerte con los brazos abiertos.
Antes de despedirme, te diré que aún te queda largo trecho por recorrer hasta desarrollarte como lo que eres. Y te diré también que me tendrás siempre dispuesto a ir a verte de nuevo.

De la mano de una de tus inmejorables cervezas,
Blo