Queridas Alas:
Seré breve y conciso. Por fin y tras mucho tiempo en la que no sabíais si salir o no ( en el que he de confesaros que lo pasé fatal, porque dolíais demasiado en vuestra búsqueda de libertad) os habéis decidido. Habéis salido con más fuerza y vigor de lo que esperaba, pero merecéis la pena. Al menos vosotras sois útiles y me permitís alejarme por un rato del tedioso mundo. Espero que disfrutéis tanto como yo de la estancia en mi espalda.
Sobrevolando las colinas de la indiferencia se despide,
Blo
domingo
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