jueves

Querida Mar:

Querida Mar:

Ya no surco tus sinuosidades. No por falta de ganas, sino más bien porque el tiempo del que dispongo no da para nada. Ni tan siquiera para poder verte. Apenas te escribo ya, lo sé; pero comprendeme, no poseo tiempo suficiente para hacerlo.
Recuerdo con regocijo la vez en que canté, guitarra en mano de mi adlátere, junto a tu vera, tan húmeda y fresca siempre. Son recuerdos que, aunque ya por la lejanía en el tiempo, borrosos, se mantienen aun un tanto nítidos.
Por tanto, y aún a riesgo de salir mal parado por tu furia innata, te ruego disculpes mi actitud. Para resarcirme te prometo que en lo sucesivo te visitaré con más asiduidad, máxime si ahora estás tan genial con tu amigo Sol.


Se despide, confiando en que permitas acercarme e introducirme en ti sin peligro alguno,
Blo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.